martes, 28 de octubre de 2008

Sin título III


Triste triste triste

ya no no no no no

pinta


Voy a pintar un arco iris de colores, que termine con lo monocromático de esta vida.


Colores colores colores

pinta pinta pinta

recuerda


Yo duermo y confundo mis sueños con la realidad. Los colores del arco iris con el gris eterno.


Cuándo cuándo cuándo

miedo miedo miedo

mentira


Los colores son mentira y el gris también. Todo fue un sueño y ya desperté.

lunes, 27 de octubre de 2008

Inventora

Cuando llegaste me dijiste algo al oído
que imaginé
que callé
y me enredé

Cuando tengo miedo no puedo mirarte
porque caigo
y caigo
y siento

Cuando estoy triste me escondo tras los árboles
con frío
sin medias
contigo

Cuando estoy cansada no duermo
porque sueño
y lloro
no es mío

Cuando escucho, ya no atiendo
por necia
por miedo
al olvido

Cuando siento que te quiero, ya no quiero
porque no piensas
porque te abrazo
y yo sí te siento

Cuando lo recuerdo todo, paso a paso
lo medito
fue un mito
te he inventado

miércoles, 22 de octubre de 2008

Muñequita de porcelana


Blanca y tersa como la nieve. Ojos marrones inertes y una sonrisa que dice mucho y nada a la vez. La muñequita de porcelana observa todo, siempre quieta, desde el lugar donde la colocaron, para adornar el ambiente. Sí, es un adorno. A veces le hablan, pero sólo cuando no hay nadie más alrededor. Sólo cuando no queda persona que pueda responder, porque la muñequita de porcelana es la única que siempre te da la razón, con su sonrisita inocente, que asiente todo lo que se le reclame. La muñequita de porcelana también escucha. Las palabras fuertes hacen que su pequeño corazón de cerámica tiemble y se quiebre de a poquitos. Afortunadamente, su corazoncito está muy por debajo de todo ese ropaje, ese cuerpo, esos ojos inertes y esa sonrisa inocente. No puede hacer nada para remediarlo, ya que la muñequita de porcelana no puede hablar. Tampoco puede llorar. Sólo puede observar, permitiéndose libremente irse degradando de a pocos. Nadie se percata de lo que le sucede, porque su corazón está escondido adrede. La historia sería diferente si se dieran cuenta que está rota. La echarían al tacho y comprarían otra. La muñequita de porcelana teme que eso pase, aunque ve este hecho cada vez más cercano. Su cabello, así como sus pómulos y su vestido comienzan a llenarse de un polvo extraño y gris. La gente ya no se detiene a observar su belleza, sino a lamentarse por su deterioro. La muñequita de porcelana comienza a ser olvidada, y con ella todos sus recuerdos y sus historias y sus ojos inertes y su sonrisa inocente. Ya nada es igual que antes. Ya no es tan bella como antes. Ya no es tan fácil como antes. A la muñequita de porcelana se le rompió el corazón.

martes, 21 de octubre de 2008

Ella

Pobrecita. Todos piensan igual, algo le ha pasado. Pobrecita, ella. ¿Qué tendrá? ¿Qué le ocurrirá? Está nerviosa. Está cansada. Está débil. Está sola. Por lo menos es eso lo que ella debe sentir. Sólo se gana la lástima de sus amigos y de sus seres cercanos. Lástima infame.

Llora por dentro y sonríe por fuera. La lluvia interminable no deja de hostigarla y ahogarla de a pocos. Pero ella tiene un problema. No quiere que esto se refleje en el espejo de la realidad que la golpea sin piedad. No quiere.

Se miente y se esconde. Se irrita y se hiere. Llora y no sabe la razón explícita de su dolor, mientras que fuera de su mundo no tiene lugar donde establecerse.

A base de Prozac y de lágrimas se construye su frágil mundo de ilusiones ficticias, que en cualquier momento puede desplomarse y llevarse consigo a otros, arrastrándolos con sus lamentos eventuales.

Se derrumban recuerdos, personas, alegrías y penas, dando lugar a un espectro frío de cemento que no tiene nada vivo dentro. Así son los derrumbes, y así se siente ella. Impotente y triste.

jueves, 16 de octubre de 2008

Reasons - Ryan Cabrera

Well if you ever become one of them
Listen up real closely
Cause I won't tell you again, boy
And even though
I know the bad times never hurt you
A run in with the wrong crowd
Can never, you never hurt
If you believe in yourself now sometimes
Then I'll believe in you

That there's reasons darling you'll never know
And I can't even start to explain how they go
Yah there's reasons I'm asking you now to hold on
Yeah and don't you leave me alone in this life
Yeah, in this life

Hey, I see what you're doing now
I've seen a lot of things but never quite like that
Because before long I'm gone and I'm not coming back
And once I leave you know that I am never yeah, never
Coming back to this place in my life
Cause I'm all that you have

But That there's reasons darling you'll never know
And I can't even start to explain how they go
Yah there's reasons I'm asking you now to hold on
Yah and don't you leave me alone in this life

If you believe in your self now sometimes
Then I'll believe in you
But That there's reasons darling you'll never know
And I can't even start to explain how they go
Yah there's reasons I'm asking you now to hold on
Yah and don't you leave me alone in this life
Leave me alone in this life

----------------------------------------------

A veces las canciones pueden decir mucho. A veces, también dicen muchas pavadas. Esta canción tiene ambas cosas, sin embargo es muy bonita. La recomiendo.

miércoles, 15 de octubre de 2008

El señor de los cuentos

Estaba Joaquina estudiando fervientemente para su parcial de Introducción a la Historia en la cafetería de Letras. Lucía estaba estudiando con ella también. Hicieron una línea del tiempo y luego se aprendieron toda la Revolución Rusa de memoria. Joaquina ama la Segunda Guerra Mundial, pero la Revolución Rusa es un estrés más. No sirve y no le importa.
En fin. Decide darse un descanzo. Sale y se encuentra con Mariana (mejor conocida como Gusanito y derivados) y con unos amiguines más. Son bien amenos, todos. Estaban conversando felices y en eso Mariana codea a Joaquina y le dice "mira, un señor de cuentos!". Tenía toda la razón. Joaquina volteó atónita, esperando ver al ser más cuentero (perteneciente a cuento, cabe resaltar) de todo el mundo. Bueno, quizás sólo de toda la universidad. Fue increíble.
Un señor bajito, como apretado, con un terno aguamarina que le quedaba muy grande pasaba justo al frente de ellas. Tenía el torso muy ancho y la espalda muy grande, quizás por el efecto de los "panqueques" que contiene el terno, y las piernas muy pequeñas. Era perfecto para un cualquier historia. Las dos soltaron un gritito de ternura, porque las dos querían escribir un cuento con el señor de los cuentos.
En eso, pasó algo más impresionante aún. Entraba por la puerta de Estudios Generales Letras un señor aún más raro que el anterior. Esta vez, no era cuentero. A Joaquina le hacía recordar a una araña. Una de esas que tienen el cuerpo chiquitito y las piernas larguísimas y flacas. Así era el señor nuevo. Era alto, con las piernas extremadamente largas y un torso que poco tenía que ver con el resto de su cuerpo.
Qué maravilla estos cambios del cuerpo humano, piensa Joaquina, si prestas atención puedes encontrar siempre algo nuevo.

Vamos, Perú


Qué estrés, cholo, qué estres. Señoras y señores, acabamos de perder (otra vez) contra Paraguay. Rumbo a Sudáfrica 2010? No será rumbo a Neptuno 8402? Aunque fácil los bichitos microscópicos que allí habitan juegan más fútbol que nosotros. No entiendo por qué nos gusta tanto el fútbol (digo "nos" porque solía gustarme, ya no) si no tenemos nada que celebrar. Le conté sobre esta última derrota a una amiga colombiana, que me dijo "lo siento". No, en realidad no lo sientes. Ni siquiera yo lo siento. No siento hace mucho tiempo. Aunque de hecho que algún cojudito ha llorado por eso, pero en fin. Eso es de "perdedores".


Qué churro es Kaká.

domingo, 12 de octubre de 2008

Sin título II

Ya viene y yo no existo. Tanta agonía para llegar al olvido. Ese es el problema de crear un camino sin preocuparse del final, del abismo que permanece quieto, esperando alguna gloriosa caída. Nunca esperé caer. Nunca pensé caer. ¿Pensaste lo mismo? En algún momento, quizás, cuando salía el sol por las mañanas y las estrellas brillaban sin cesar. Ahora no es igual. Se ha obscurecido todo y el brillante firmamento se ha ido. Me dejaste deshojando margaritas sin piedad, pasando indiferente, sin inmutarte en preguntar. No esperé que terminara así, como un consorcio ilícito que pretende esfumarse para no regresar jamás. Un acuerdo no arreglado que permanecerá para siempre. Una solución impermeable a nuevos intentos o nuevas salidas. Una solución que no soluciona nada. Así seguirá hasta que todo pase, hasta que las aguas se calmen, aunque la tormenta persista. Me dijiste que fuera egoísta, pero no me sirve de nada. No siento que tengo que ser fuerte, ni mucho menos pensar en mí misma. No me importa si el mundo se para un instante tan sólo para ver cómo caigo lentamente en ese abismo interminable. Entre más pasa el tiempo, espero con mayor entusiasmo que llegue al suelo, desplomarme de una vez por todas. Terminar con esta incertidumbre que carcome mis entrañas y mi mente y que no me deja mirar hacia delante, por seguir con esta inmunda conciencia y esta indecorosa petición. ¿Dónde quedó mi orgullo? Ahora me doy cuenta que ni yo misma me conozco del todo. No me conozco y no me conoces, en eso sí estamos de acuerdo. Mis pensamientos y sueños me despiertan por las noches sin lugar a reclamo, no me dejan tranquila. Tú eres parte de ellos, estás en la misma categoría. Todos se equivocan, pero pocos lo enmiendan. Yo quiero remediar lo ocurrido, pero este contrato se firma de a dos. Y parece que aquí la única con disposición de hacerlo soy yo. La misma ilusa de siempre.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Mentira




Me miras diferente, pero a la vez igual.
Me dices una verdad que, al parecer, no es verdad.
Me creas ilusiones sin ponerte en mi lugar.
Me tomas de la mano, nada marcha mal.

Te crees dueño del mundo, no te falta nada.
Te imagino como un nudo atorado en mi garganta.
Te dejas caer entre nubes de faltas organizadas.
Te sientes importante y das falsas miradas.

Nos dimos un tiempo y pareció no funcionar.
Nos tenemos que decir que esto no da para más.
Nos vamos internando en un duelo sin final.
Nos caemos en un hoyo que parece no acabar.

Y el único culpable es tu ego sin igual.