lunes, 5 de noviembre de 2018

Siempre escribo y me invento el título después

Me has dado un dolor de estómago. Como punzadas que no se sienten ni de cerca como las mariposas que alguna vez sentí al imaginarte bailando. Flotando en un lugar que no sé cuál es, pero que en otra dimensión tiene todo el sentido del mundo. Ligero, curva aquí, vuelta allá y te convertiste en un espectáculo. Yo te aplaudo de pie haciendo un montón de bulla.
Igual de cuando en cuando tus apariciones me dan ideas para seguir escribiendo. Por un lado, te agradezco porque me mantienes con vida. Con palabras. La muerte es un cambio de estado, nada más. No hay que andar con tanto miedo. Hay que vivir con dignidad, pero uno la va perdiendo cuando va dejando pedacitos de sí mismos en diferentes lugares. Se convierte en una necesidad. En una foto, en una hoja en blanco, en un objeto o en un blog. Es como dejar un poquito de alma. Como tenerle miedo a que nos olviden.
Nosotros nos sabremos muertos cuando nadie recuerde que compartimos el mismo cielo gris. El aire que respiramos ya no será más aire sino más bien polvo de muertos. Los humanos del futuro van a estar respirando muerte y al mismo tiempo cagados de miedo de morirse. Más o menos como ahora, tan despistados como negligentes.
Me gusta la idea de irte marcando el tempo mientras te mueves. De ponerle música a tu danza tan libre. Es hermoso observarte hasta cuando te detienes. Cada segundo constato que tu belleza radica en tu capacidad de ser impredecible. Segundo y medio después, me contamino de duda. Estoy todo el tiempo atenta a tus cambios de tonalidad. Me provocas muchos matices de rojo cuando cierro los ojos. Mis córneas se rinden frente a mi doctorado en invención sin oponer resistencia.
Si tuviera que rebautizarte te nombraría "Alegría De Vivir". Las razones me las reservo. Hoy la luna se escondió casi del todo y yo me perdí en un mar de gente. Muchas personas con máscaras de piel y hueso me quitaron el norte. No reconozco estos pies. Estas yemas de los dedos tienen un código diferente. Sin embargo, conozco este espacio perfectamente.
¡Mis sueños! - gritó "Alegría De Vivir" - ¡cuáles eran mis sueños!.