lunes, 25 de enero de 2021

Páginas en blanco

Me compré lapiceros nuevos y, cuando los quise usar, no sabía qué hacer. ¿Cómo se escribe? ¿Cuál es la danza de los dedos? ¿Cómo es esto del contacto con el papel? Contacto que hemos perdido.

Ahora tengo un montón de lapiceros y no sé para qué. Me puse a hacer un castillo que se cayó mil veces. Mil veces lo volví a construir, yo no me canso. Total, el tiempo me sobra y tampoco quiero estar por allí haciendo cosas peligrosas. Como pensar, por ejemplo. ¿Te acuerdas cuando me querías?

El problema es que no se enganchan unos a otros. Las cartas tampoco, pero pesan menos, de repente por eso es que se mantienen en pie. Esas conversaciones largas en las que tú y yo mirábamos la misma luna en diferentes lugares no me las voy a olvidar nunca. 

De repente son las tapas. Aunque la punta tampoco ayuda. Voy a dibujarlo, mejor. Voy a dibujar un castillo tan grande, tan alto, con tanto detalle como el Castillo de Chapultepec. Hay que caminar, pues, las cosas bonitas necesitan esfuerzo. Este dibujo me va a tomar un montón de tiempo.

¿Cómo estás? Me he olvidado de escribir. En el milésimo intento, me acordé que tampoco sé dibujar. Qué hacemos, es lo que hay. Un montón de lapiceros de colores que ocupan el espacio de tu ausencia. 


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