miércoles, 22 de octubre de 2008

Muñequita de porcelana


Blanca y tersa como la nieve. Ojos marrones inertes y una sonrisa que dice mucho y nada a la vez. La muñequita de porcelana observa todo, siempre quieta, desde el lugar donde la colocaron, para adornar el ambiente. Sí, es un adorno. A veces le hablan, pero sólo cuando no hay nadie más alrededor. Sólo cuando no queda persona que pueda responder, porque la muñequita de porcelana es la única que siempre te da la razón, con su sonrisita inocente, que asiente todo lo que se le reclame. La muñequita de porcelana también escucha. Las palabras fuertes hacen que su pequeño corazón de cerámica tiemble y se quiebre de a poquitos. Afortunadamente, su corazoncito está muy por debajo de todo ese ropaje, ese cuerpo, esos ojos inertes y esa sonrisa inocente. No puede hacer nada para remediarlo, ya que la muñequita de porcelana no puede hablar. Tampoco puede llorar. Sólo puede observar, permitiéndose libremente irse degradando de a pocos. Nadie se percata de lo que le sucede, porque su corazón está escondido adrede. La historia sería diferente si se dieran cuenta que está rota. La echarían al tacho y comprarían otra. La muñequita de porcelana teme que eso pase, aunque ve este hecho cada vez más cercano. Su cabello, así como sus pómulos y su vestido comienzan a llenarse de un polvo extraño y gris. La gente ya no se detiene a observar su belleza, sino a lamentarse por su deterioro. La muñequita de porcelana comienza a ser olvidada, y con ella todos sus recuerdos y sus historias y sus ojos inertes y su sonrisa inocente. Ya nada es igual que antes. Ya no es tan bella como antes. Ya no es tan fácil como antes. A la muñequita de porcelana se le rompió el corazón.

2 comentarios:

Andrea Llinás Vahos dijo...

excelente manera de evocar nostalgia y expresar emociones encontradas en un texto. felicitaciones :)

haz oído hablar de las clínicas para muñecas?
los amigos enfermeros reparan piezas viejas, las pintan de nuevo, les remueven el polvo, y cobran el brillo que tenían antes o más :)
y con respecto al corazón....ese sana solito con un amiguito que se llama relojito. :)
y el caballero cascanueces, aparecerá cuando menos lo imagine la muñeca inmóvil.

Joaquina Maldonado dijo...

Odio a todos los caballeros. Y el mío no existe.