domingo, 19 de abril de 2009

Ni el beneficio de la duda.


No escucho y no digo más. No duermas, despierta, comienza a buscar. No sé buscar. Entonces, no sé encontrar. No sé hablar, entonces no sé sacar. Tampoco sé callar. Tampoco sé saber. Entonces, no sé entender. No sé ignorar. No sé frenar. No sé mirar. Entonces, no sé observar. Tampoco sé escribir. No sé leer. No sé expresar. Entonces, no sé defender. No sé escuchar. No sé tocar. No sé cortar. Entonces, no sé querer. No sé mentir. Tampoco sé reir. No sé llorar. Entonces, no sé vivir. No sé discutir. No sé argumentar. No sé correr. Entonces, no me puedo esconder.
¿Y ahora?

No hay comentarios: