lunes, 27 de abril de 2009

En mi balcón, melocotón


Aquí, una vez más. Hace mucho que no salía a observar. Mucho ha cambiado. Las hojas amarillentas inundan el suelo, en nuestro otoño barato. En este país jamás se diferencian las estaciones, sólo hace calor o frío. Últimamente, sólo hace frío. Frío en todos lados. Frío en mis manos y en mis pies, frío en el vaso de agua sobre la mesita y frío para la flor que me regalaste, que yace moribunda y chueca en su envase de porcelana. Está triste, igual que el resto de la naturaleza, que sólo puede caer, dejándose llevar por una fuerza mayor. Es igual. No pueden hacer nada al respecto. Va en contra de sus características. Ahora sólo puedo pensar en una pregunta. Una que me parte la cabeza en mil pedazos todos los días, a cada minuto. Una que se incrementa de forma constante y que no permanece quieta, sólo se agranda y se agranda y se agrava. Una que es: ¿y ahora? Ahora no sé. No sé nada. No tengo qué esperar ni quién me espere, porque el tiempo no se va a detener jamás. Sólo pasa, arma y desarma. Y yo inhibida de todo acto o reacción. Intimidada por el futuro y por las expectativas que ya creé. Yo en la nada y alejándome de la solución. ¿Dónde estoy? En el balcón. El eterno, cómodo y lindo balcón. ¿Dónde voy? En eso estoy. ¿A dónde voy a llegar? Espero que a algún lado. Por ahora, me conformo con ver las flores caer. Poco a poco. Una por una.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno diria que nihilismo... pero eso aqui ya no tendría nada que ver. Es difícil encontrar una nueva guía en tu vidad cuando se ha perdido la que uno tiene, pero observar las flores caer es solo bueno durante cierto tiempo: estas vuelven a crecer, a morir y a caer en un ciclo interminable. Con el tiempo se siente tan bien observarlas que podría ser que uno se vuelva adicto a verlas. Tienes la lectura, tu carrera de periodismo y este blog. Aún tienes cosas que perseguir que pueden llenar ese vaso que por ahora tiene una flor marchita.

Joaquina Maldonado dijo...

Nihilismo, de nuevo? No lo creo. No esta vez. Ahora es algo más real. Las flores sirven, pero no curan, no es cierto? Yo sé. Pero todo lo que tenía seguro, ahora es pura incertidumbre. No sé con qué puedo llenar el vaso.

Anónimo dijo...

Obligate a llenarlo de algo que tu vida tiene: ya sea tu carrera o lo que tengas a la mano, el vaso puede ser llenado si lo intentas. Aún cuando uno siente que esas flores pueden hacernos sentir bien, no nos hacen avanzar nos dejan en ese balcon si permitirnos ir al jardín que tenemos al frente. No curan, eso es cierto. Si quieres no sentir esa incertidumbre, enfréntala. Exterioriza esa incertidumbre y trata de reírte de ella aún si no ries de verdad. Cuando lo que uno penso seguro se derrumba es necesario empezar a contruir de nuevo, sea en los mismos cimientos o en algún lugar diferente.

Joaquina Maldonado dijo...

¿Quién eres? Siento como si me conocieras.

Anónimo dijo...

Erm ¿recuerdas tus primeros posts? Esos donde salgo con el rollo de no querer dar mi nombre, pero que luego por la avalancha de Anónimos te termine diciendo que era Rodolfo. Incluso intercambiamos mails. Hum deje d entrar durante un tiempo, pero ahora he vuelto y estaba viendo el como iba tu blog asi que no me resisti a postear.