Tu boca me robó el último suspiro. Ese que me mantenía
conectada con el alma. El que me dio todo y me dejó sin nada. Sin aire, sin
norte.
Tus ojos me quitaron toda ilusión que quedaba. Esa que me
hacía sentir viva. La que me fue imprescindible y me dejó devastada. Sin
emociones, sin palabras.
Tus manos me soltaron por sorpresa. Esas que me mantenían
firme en mis ideas. Las que me endiosaron y me dejaron desnuda. Sin estima, sin
importancia.
Tu olor me asaltó en el medio de la nada. Ese que percibía a
larga distancia. El que me hacía sentir en casa y me tiró las maletas por la
ventana. Sin recuerdos, sin destino.
Pero tus palabras… Tus palabras me dejaron sin habla.
Cuando te das cuenta que te desconoces. Que todo lo que
comienza como nunca también termina como siempre. Cuando los sentidos no funcionan.
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