¿Quién se imaginaría que pasaría un tiempo tan corto antes que el azul llegara? Estuvo, pero se fue. Ahora regresó con más fuerza, irreparable. Pasan pocos días y parecen una eternidad, como si el azul hubiera estado conmigo siempre.
Ironías de la vida. Unos van, otros vienen y uno nunca está preparado para lo que le repara el destino. Y ahora, después de unos cuantos días mágicos, sólo puedo decir una cosa:
Fuiste, magenta.
Ironías de la vida. Unos van, otros vienen y uno nunca está preparado para lo que le repara el destino. Y ahora, después de unos cuantos días mágicos, sólo puedo decir una cosa:
Fuiste, magenta.
2 comentarios:
jajajajaaa! como siempre tus aventuras siempre son policromáticas, y me encanta que pintes de azul esta Lima que está tan gris. Odio el gris
Yo también odio el gris.
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