viernes, 16 de mayo de 2008

Oda al brownie

Son las 5 de la tarde. Hace frío y Joaquina tiene hambre. No hay nada que hacer, el día gris le irrita y sus pies se congelan. Está sentada en la silla de siempre. Plasticazo, como diría su madre. Quizás de plástico, pero, en fin, es placentera.

Mira el reloj, luego el ordenador. Luego el reloj y otra vez el ordenador. Hoy estoy inspirada, piensa, pero hay algo que me falta. Ahora sus dedos de las manos están tan fríos, que se pueden convertir en un iceberg con focas encima que podrán atacarla en cualquier instante. Uno nunca sabe.

Joaquina tiene un deseo imperativo. Ya no puede más con su vida, ya no puede seguir subsistiendo. Lo necesita. Tan marrón, tan esponjoso, tan (a veces) crujiente. Está tan presente, que hasta su paladar empieza a imaginárselo, a apreciarlo, a creerlo.

Corre y abre el estante de la cocina. No hay cocoa y la harina se malogró. Caray, siempre pasa lo mismo. Corre a su billetera, tiene S/. 1.50. No le alcanza para comprar uno. ¿Y ahora? Abre la ventana y hecha un vistazo. ¿Por qué va a buscar un brownie en la ventana? Reitero, uno nunca sabe.

Regresa al ordenador y están dando Pataclaun. Programa estúpido para gente estúpida, como Joaquina. Es como el palo picante para la gente picante. Deberían hacer una propaganda sobre eso, piensa. Desde luego la gente compraría un palo picante, si son picantes.

Joaquina empieza a alucinar. La falta de chocolate, hormona de la alegría, en su sangre comienza a afectarle. Voltea y ve algo espectacular. El muñequito verde del Messenger acaba de salir del ordenador, como el fantasma escritor, y empieza a hacerle el habla. Es churro, piensa, puede que funcione, pero por ahora tengo otras cosas en la cabeza, gracias.

Una vez que se fue el muñequito del Messenger, Joaquina medita sobre su próxima táctica. Dios mío, ¿por qué me haces esto? De veras lo necesito. No puedo evitarlo, es como una enfermedad. En fin, Joaquina es pobre, sin curso y los tacos la llevarán a la muerte si no encuentra un brownie en el siguiente par de horas.

Estas son cosas que suelen salir de la cabeza de una persona, a la que le falta chocolate en la sangre. Si viene con bola de vainilla y fudge, mucho mejor. Si, fantástico, esperaré con ansias el momento en el cual pueda carcomer ese brownie soñado. Oh si.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Dejando de lado los comentarios un poco profundos (quiero creer que puedo dar ese tipo de comentarios) solo tengo que decir una cosa acerca del brownie

XD!

En verdad un regalo celestial debe ser el chocolate. Por lo que leo debes saber prepararlo. Suerte la tuya. Puedes disfrutar del proceso de preparación de algo tan delicioso. El brownie es excelente, pero debo decir que prefiero el Sublime.

Anónimo dijo...

Aparte de lo anterior, me alegra saber que una persona más en el bote de los no bebedores. Espero llegar a cumplir con mi objetivo de nunca beber (ok quizá vino en celebraciones familiares futuras) aunque ya en mi colegio un profesor me profetizo que porque quiero ser escritor terminaré tomando aún si no lo deseo. Oh terrible destino.

Mariana dijo...

Me diste hambre..

Hola Joaqui :)

Joaquina Maldonado dijo...

A mi también me dicen lo mismo, que voy a terminar tomando y fumando como condenada, que es parte de mi formación como literata. En fin, creo que eso depende de la voluntad y los ideales de cada persona.

El chocolate es lo mejor, según yo. Ahora lo extraño, porque estoy a dieta, pero algún día volveré con mi amor de siempre.

Hola Mariana :).

Joaquin dijo...

bu! Odio cuando me quedo sin chocolates... Por eso siempre veras en los cajones de mi cuarto alguna galleta con chocolate o alguna barra de chocolate, sea el q sea :P Es mas, ahorita voy a ir a robarle un poco de lindt de mi madre... :)